4/04/2006

Soluciones Tecnológicas para el Tráfico Urbano (Parte I)

Las grandes ciudades se enfrentan al problema cada vez más grave y con menos soluciones del exceso de tráfico, los atascos, y sus consecuencias, como la contaminación y el estress de la población.

La primera solución que pasa por la mente de cualquiera es la optimización de recursos. No es viable a largo plazo el uso de 1 vehículo de casi 1 tonelada, 6 metros cuadrados de superficie y unos 4 metros cúbicos de espacio, para el uso exclusivo de una única persona, con el agravante de que la contaminación es prácticamente la misma que produce un coche ocupado por 5 personas.

¿Por qué no se optimiza el uso de los vehículos?
El motivo principal es la autonomía que garantiza el vehículo a su propietario. Si se solucionara este problema, podrían aprovecharse mejor los recursos. La confianza es otro problema que aparecerá durante el desarrollo de esta exposición.


La idea que se propone en este artículo es el aprovechamiento de los vehículos en los días laborables por personas que a diario siguen una pautas fijas de horario y recorrido. Supongamos que una persona va todos los dias desde un punto A a uno B a trabajar, siguiendo un horario determinado. Otra persona que vive en la misma ciudad, va desde un punto C a uno D contenidos en la trayectoria del primer individuo, y con unos horarios compatibles. Si se conocieran, podrían turnatse en llevar el coche, o fijar un precio por el que uno llevara al otro. Es más, no sólo necesitan conocerse, sino disponer de una comunicación fluida para hacer frente a posibles imprevistos, sincronizarse, etc. La comunicación es quizá la actividad que hoy día más rápidamente está evolucionando. Sistemas Web accesibles desde dispositivos móviles, notificaciones via SMS, etc. pueden conseguir que los problemas tradicionales asociados a la comunicación desaparezcan, dejando ver un conjunto de posibilidades tecnológicas que aporten soluciones a problemas de siempre.

¿Qué ocurre con el problema de la confianza? Este es un problema quizá más difícil de abordar, pues depende de factores sociales. No obstante, el uso de elementos que garanticen el "no repudio", como el certificado digital, y el registro de todas las acciones y comunicaciones asociadas a cada persona pueden cubrir ese "gap" de confianza. Sí es cierto que en este sentido, no es sólo cuestión de usar/exigir el certificado digital, sino de hacerlo una vez que sea conocido y esté asimilado por la sociedad, con todas sus propiedades, ya que es un problema de concienciacion.

Hecha esta introducción, a continuación describiré un sistema objetivo, que solucione parte de los problemas de tráfico de una gran ciudad (escenario tipo con al menos 500.000 habitantes). A partir de la descripción funcional (y puntualmente tecnológica) intentaré identificar debilidades y posibles soluciones a las mismas.

El sistema permite el registro de una persona, mediante el certificado digital (como sabemos, éste requiere la presencia del propietario y su acreditación mediante DNI en una oficina de alguna administración pública). Esta persona introducirá, entre otra información, su disponibilildad de coche, y el trayecto que realiza habitualmente para desplazarse al trabajo, además del horario del mismo. Adicionalmente seleccionará qué modelo se ajusta más a sus preferencias: Compartir su coche o adherirse al coche de otro. Esto lo realizan multitud de usuarios (Supongamos unos 50.000 sobre una población de 500.000, de la que suponemos que están en edad activa y con vehículo propio para desplazarse al trabajo unos 300.000).

El sistema realiza un primer filtrado por zonas, basándose en un subsistema GIS, que dependiendo de la tecnología empleada puede ser un filtrado más o menos afinado. En cualquier caso, finalmente mostrará al usuario el resto de usuarios del sistema que comparten parte del recorrido, y con los que potencialmente podría compartir coche. Además, el sistema sólo mostraría la información relevante en función de los dos escenarios posibles:
1. Si el usuario que está buscando dispone de coche y prefiere utilizarlo, le mostrará aquellos usuarios del sistema que prefieran no utilizar su coche, y cuyas trayectorias estén en consonancia.
2. Si el usuario que está buscando prefiere incorporarse al coche de otro usuario, sólo le aparecerán aquellos usuarios del sistema que aún dispongan de sitio suficiente en su coche (el sistema almacena la capacidad de cada coche, así como los usuarios que ya se hayan "inscrito" al viaje de un determinado usuario "donante de coche").

A través de las búsquedas, el usuario puede "navegar" entre los distintos usuarios del sistema y sus trayectorias asociadas, pero sin acceder a la información de carácter personal del usuario. Sólo en el momento de inscribirse, tendrá acceso a cierta información (nombre, sexo y edad de la persona, modelo de coche, color del coche, etc.). El número de inscripciones estaría limitado de cara a evitar usos no deseados del sistema (Una persona que se inscribiera a un coche para ver los datos personales, luego se desinscribiera y volviera repetir el proceso con n personas, etc.)

¿Que gana quien comparte su coche? Evidentemente sería necesario establecer un modelo económico sostenible, y beneficioso para ambos roles. Típicamente, 12 - 15 euros al mes supone para quien aprovecha el coche de otro un gasto inferior al del transporte público, mayor rapidez (salvo algunos casos de metro) por ir directamente de origen a destino y mayor comodidad, pues siempre va sentado, lo que posibilita realizar ciertas actividades imposibles en otras circunstancias. Para quien comparte su coche, con por ejemplo, 3 personas, estaríamos hablando de entre 35 y 45 euros al mes, lo que supone prácticamente pagar entre el 50% y el 100% de la gasolina consumida en trayecto urbano, dependiendo de los casos.

¿Cómo funcionaría exactamente el sistema?
La solicitud de adhesión a un coche sería notificada al propietario del mismo (correo electrónico, SMS, etc.), que tendría que acceder al sistema, comprobar los datos personales del solicitante (esta vez sí) y aprobar o rechazar la solicitud dependiendo del trayecto concreto del solicitante, que propondría unos puntos de recogida/entrega. En realidad la situación ideal sería que el sistema permitiese una negociacion de este tipo de aspectos. Cuando ambos usuarios llegaran a un acuerdo, el vínculo estaría creado, y ambos tendrían la obligación de cumplir con las citas a las horas programadas. En realidad, la importancia del sistema radica en la puesta en contacto de los usuarios. La gestión a posteriori depende del modelo de explotación del sistema. Por ejemplo, enficado desde el punto de vista de un negocio privado, podría considerarse una gestión durante todo el ciclo de vida del acuerdo entre usuarios, pues debería haber una comisión que aportase ingresos a la empresa explotadora. Sería como decir que la empresa aporta "seguridad" y otros servicios, a cambio de una pequeña cantidad económica en concepto de gestión.

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